Hola Covid ¿a qué viniste?

Había querido tener unos días de descanso, anhelaba tener un retiro para mi de esta “cuarentena eterna” , me sentía privilegiada de poder seguir teniendo trabajo asi que decidí que lo mejor que podía hacer era trabajar pues no había algo mejor que hacer, y eso hice desde Marzo , solo salía a ver a mi papá , me cuidaba mucho porque por ser una persona mayor no lo quería exponer (según yo) .

Hace más de 20 días  el “tipo “llegó a la familia ya no andaba en Asia ni Europa, ya estaba aquí dentro de mi familia entren los más vulnerables al menos eso creía ,  hubo un brote  de contagios entre los hermanos de mi papá  todos mayores de 70 los cuales se turnaban para cuidar a mi abue de casi 101 años.

El “tipo” llegó sin tocar la puerta como decimos aquí “ como Juana por su casa” dueño del espacio, y empezó el “hacer de las suyas “ entre el temor y la incertidumbre, para separarnos más de lo que ya estábamos y a comenzar cada uno a aislarse . Y entre todas las pruebas mi abue, un tío y mi papá había salido negativo, y todos mis tíos iban evolucionando así que el “tipo” se andaba portando “buena onda”, a los 5 días mi papa comenzó a tener síntomas,, llegué a su casa sin saber que lo iba a ver así, dolor de cuerpo, nauseas, temperatura, temblor como si tuviera Parkinson y mucha confusión mental, no podía hablar bien como sino supiera hablar español hablamos a la ambulancia para que nos dijeran que hacer, por el simple hecho de tener contacto con un contagiado ya se considera caso covid, esa noche me quedé en su casa, no me pude regresar y comenzó la locura, buscando oximetro, y un bombardeo  de información, lo que hace o no daño,  sin receta medica el coctel de pastillas que había que tomarse, sin manual, sin vacuna incluyendo sin tomarse o no el tan controversial dióxido de cloro que sus hermanos estaban tomando teniendo resultados aparentemente favorables,  por suerte mi sobrino Jimy es médico y nos oriento que hacer, llamamos a un medico de confianza, ordenó unos exámenes médicos incluyendo radiografías pues además unos días antes mi papa se había caído y traía dolor de cuerpo para variar.

Al día siguiente fuimos al hospital, y por tener síntomas se quedó aislado  8 horas entre análisis y estudios, estuve en estado “zen”, tratando de trabajar eso de lo que tanto he hablado, estar en el tan preciado PRESENTE y no anticiparme creando historias de terror que no exiten, con los resultados ya se pudo determinar que podía tomar por su edad, su cuerpo comenzó a luchar, y pues efectivamente fue un falso negativo , los primeros días no sabia si quedarme en su casa y apoyarlo o irme a mi guarida y sólo llevarle comida y estar pendiente entre todos mis hermanos, estuve a punto de irme y no pude, decidí quedarme, fueron dos días pensando en cual era la mejor decisión , la disyuntiva entre cuidarlo de cerca o cuidarlo de lejos , si estábamos haciendo lo correcto con tanto medicamento, si el dióxido de cloro era la salvación  o empeoraría más las cosas, sin manual , sin respuestas a tantas preguntas y en el caos me rendí, me encomendé a Dios a mi mamá y dije, aquí estamos, guíanos para tener sabiduría y entendimiento y ACEPTAR la situación y a partir  de ahí,  no paré de llorar por todo lloraba hacia rato no me sentía TAN VIVA , tampoco paré de limpiar,  y mientras pasaron los días, y su cuerpo respondía, decidí hacer esto mi retiro tan deseado, no fue en una paraíso en la playa alejada de todo, decidí ver el paraíso en medio del caos, de ver los privilegios que teníamos , pare de trabajar, decidí no ver las redes sociales, ni las noticias, cuidar mis conversaciones porque   las jornadas se estaba volviendo exhaustas emocionalmente.

Los primero 8 días despertaba con una sensación de “nervio” tratando de no hacer historias y solo  decir “que hoy sea un buen día” , mañana ya Dios dirá , así me la fuí llevando, sin culpables pasados, sin hubieras y sin historias que aún no sucedían, viviendo al día, y mientras el “tipo” estaba en el cuerpo de mi papa (que no se si el haya aprendido algo el de esta visita) por mi cuenta me enfrentó a espejearme con todo y con todos,  llore consciente, potencializó mi sentido de vivir, ese que se había olvidado en solo trabajar (que claro me encanta lo que hago ), SENTÍA QUE CADA DÍA ERA UN MILAGRO y practicar más la gratitud ver todo lo que si teníamos a favor, eso realmente reconforta y da fuerzas para no distraerse en el miedo .

Practicamos yoga, el aprendió a respirar , meditamos diarioy no sé que mas haya pasado por su mente pero si algo aprendí de el es que siempre estuvo en disposición , sin queja y hechandole ganas , se tomaba los jugos verdes , tés , y mi comida simple pero nutritiva , que aunque el come sano pues tiene mejor sazón que yo, aguantó su  aislamiento serenamente , y yo yo viví mi propio retiro en la misma casa pero aislada de el, leí , medité, viví en caos , me removió mi locuras y los detalles que aún me faltan por cambiar en mi vida y que necesito hacer.

El covid es como cualquier otro suceso que  nos pueda pasar en la vida, nos puede destruir, quitar,  y luego darnos la  transformamos para  aprender de el y reconstruirnos , así es la vida, impredecible , llena de pequeñas y grandes batallas , siempre se triunfa sólo que tenemos la idea que cuando las cosas no salen como queremos perdemos y no es así, me queda claro que a nivel colectivo el “tipo” vino a  separarnos y a estar más unidos pensado en el bienestar del otro y que estamos correlacionados, pero cuando llega frente a ti entonces viene con una misión especial individual .

Hoy me siento afortunada y agradecida, salimos de esta sin complicaciones ¿mis tíos? sin complicaciones y ¿mi abue? Ella esta en su mundo no sabe que existe una pandemia, no sabe que sus hijos se contagiaron y que uno de ellos hasta durmió la siesta junto a ella sin saber que era un falso negativo , hasta la fecha  ella sigue sin síntomas  disfrutando sus 100 años,  tal vez la clave para afrontar esta pandemia es vivir sin expectativas , sin querer tener el control de todo , sin la psicosis y dejarte sorprender por el milagro de los pequeños instantes que la vida tiene, sin miedo al mañana, como ella vive, no lo sé.

Por lo pronto hoy , en Monterrey donde vivo tenemos ahora un huracán en medio de una pandemia, ¿y mañana?…mañana como diría mi papá “vendrá nuevas y mejores aventuras” por ahora hacer lo que nos toca y está en nuestras posibilidades, cuidarnos para cuidar a los demás responsablemente sin miedo a un mañana que aún no existe.

Con cariño…

B❤

Brenda Medina